La metamorfosis

Título: La metamorfosis | Autor: Franz Kafka

Editorial: Akal | Páginas: 115

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Franz Kafka fue un escritor de origen judío nacido en Bohemia. Su obra ha sido una de las grandes influencias de la literatura universal, debido a su extraordinaria forma de abordar temas como la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos y alienaciones.

Durante su vida, su obra pasó prácticamente inadvertida, y de hecho, su intención fue que, tras su muerte, su amigo Max Brod destruyera todos sus manuscritos. Fue tras su muerte cuando Brod, pasando por alto la última voluntad del escritor, supervisó la publicación de los escritos que Kafka le había dejado. Algunas de sus obras más famosas son El proceso, El castillo y la novela corta que hoy nos atañe: La metamorfosis.

La metamorfosis narra los cambios que sufre la vida de Gregor Samsa cuando una mañana se despierta y se da cuenta de que, sin saber por qué, se ha transformado en un escarabajo. A partir de ahí, toda la novela gira en torno a las reflexiones del protagonista con respecto a la actitud de su familia y de los cambios, no solo físicos, sino sociales que tiene que experimentar. Gregor es el sustento económico de su familia, ellos dependen completamente de él, ya que es el único que trabaja y, con la transformación que experimenta, todos tienen que cambiar su vida completamente. 

"Cuando una mañana Gregor Samsa se despertó de un sueño lleno de pesadillas se encontró en su cama convertido en un bicho enorme. Se hallaba tumbado sobre su acorazada espalda y, si se levantaba un poco la cabeza, veía su barriga ovalada de color marrón"

A mi parecer, La metamorfosis es una perfecta sátira de la sociedad de la época y, a su vez, aplicable a la sociedad actual. Se desprende de su lectura una crítica de esta sociedad que, cuando uno de sus miembros no es productivo, es desechado y apartado, ya que supone una molestia y un gasto. En un primer momento, la familia Samsa intenta seguir atendiendo a Gregor y esperando que su "enfermedad" se cure, pero conforme se prolonga el estado de Gregor, comienza a crearse una atmósfera de rechazo hacia él entre las personas que, aún en su estado animalizado, sigue queriendo. Gregor no solo no pierde su conciencia humana, aunque el resto de personajes no puedan entenderlo, sino que además, conforme se prolonga su estado, sufre un proceso de infantilización en el que, sin poder comunicárselo a su familia, Gregor necesita su afecto. Se produce un gran contraste ya que cuanto más se incrementa la atmósfera de rechazo de la familia de Gregor hacia él, más necesita de su cariño. 

"Estaba decidido a acercarse a la hermana y darle a entender, tirándole de la falda, que estaría encantado de recibirla con el violín en su habitación, pues en aquel lugar nadie le recompensaba su música como él quería hacerlo [...] Se sentarían los dos juntos en el sofá, ella inclinaría la cabeza hacia él"

Lo más atrayente de la novela, dejando a un lado la extraordinaria forma en la que Kafka critica a la sociedad, es el modo de narrar del escritor. Desde el primer momento, la transformación de Gregor es asumida de una forma completamente natural, como si en lugar de ser un escarabajo, hubiese pillado un catarro o tuviese dolor de cabeza. Más que preocuparse de lo que le ha pasado, la familia Samsa se preocupa de que el joven no va a poder mantener su puesto de trabajo. Así se muestra, muy sutilmente, la postura del autor ante la sociedad productora. 

Debo confesar que esta novela me daba bastante respeto. Sin embargo, tras su lectura he podido apreciar, una vez más, que para que un libro sea un clásico no tiene que ser ni de lectura complicada, ni extensa. En menos de cien páginas, Kafka consigue remover la conciencia del lector e infringirle con cada capítulo las mismas heridas que sufre el propio Gregor. 

"Gregor intentó seguir arrastrándose, como si aquel súbido e intolerable dolor se pudiera calmar moviéndose del sitio; pero se sintió como clavado al suelo y se estiró, perdiendo toda noción de lo que ocurría alrededor"