Odd y los gigantes de escarcha

Título: Odd y los gigantes de escarcha | Autor: Neil Gaiman
Editorial: SM | Páginas: 129

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La editorial SM ha apostado una vez más por una historia capaz de cautivar a los más pequeños de la casa. De la mano del reconocido autor Neil Gaiman ha brotado de nuevo una historia llena de fantasía con ciertos tintes oscuros, aunque sin llegar al punto de Los mundos de Coraline. Odd es un niño con muy mala suerte, que ha perdido a su padre, parte de la movilidad de una pierna y que tiene que soportar a un odioso padrastro. Cansado de cuanto le rodea, decide marcharse a una vieja cabaña de su padre y allí, durante un crudo invierno que parece no tener fin, vivirá una increíble aventura: deberá ayudar a los Dioses a echar a los gigantes de Asgard.

El libro se podría resumir como un cuento para niños que les ayuda a conocer un episodio de la mitología nórdica y que, además, resalta algunos valores esenciales que se están perdiendo un poco actualmente: el optimismo, la amistad, la solidaridad y la humildad. Odd es un chico que, pese a todas las desgracias de su vida, nunca pierde la sonrisa. Está dispuesto a ver el lado bueno de cuanto ocurre, a ayudar a quien lo necesite, sea quien sea, sin pensar en nada más. Gaiman consigue transmitir con cada palabra ese optimismo imperante en el relato. Me parece muy curioso que todos los valores positivos representados en nuestro pequeño protagonista sean despreciados por el resto de habitantes de la aldea. La bondad de Odd y su alegría generan en sus semejantes desconfianza e ira, lo que hace que se resalten aún más por el contraste que se genera. 

Los personajes están caracterizados de forma maniquea, siendo Odd extremadamente bueno, y su padrastro y hermanastros extremadamente malos. Creo que está muy bien conseguido el progreso que sufre Odd de maduración, con cada nueva prueba que supera para poder conseguir su objetivo, aparejado a un proceso de autoconocimiento. 

Lo que me ha chirriado un poco y no me ha gustado nada es que Odín, Thor y Loki se muestran como seres estúpidos y derrotistas. Supongo que esto está pensado para que se resalte aún más el protagonismo de Odd, pero hace que la historia pierda valor, en mi opinión. Si bien es cierto, que sus principales virtudes quedan ensalzadas por sus transformaciones. También me ha decepcionado mucho que la principal historia de "amor" del relato se base en una captura, objetivizando a las mujeres, no solo en este caso, sino a lo largo de toda de la narración. La madre de Odd, Freya y demás personajes femeninos son resaltados únicamente por su belleza, siendo esta motivo de perdición de los hombres. Se ofrece una visión tradicional de un amor romántico y una belleza petrarquista que debería superarse de una vez por todas. 


Apartándonos un poco del valor literario de la obra, otro de los aspectos más llamativos del libro son, sin lugar a dudas, sus ilustraciones, a cargo de Chris Riddell. Todas y cada una de las páginas de la edición están ilustradas en tonos de blanco, negro y plata, que refuerzan las emociones que se quieren transmitir con la palabra. Las ilustraciones de Riddel consiguen potenciar una ambientación de ensueño y transportarnos hacia unos espectaculares bosques nevados, haciendo que nos sintamos abrumados por cuanto se nos muestra. 

Las historias de Gaiman siempre son atrayentes para los lectores más jóvenes, y más si estas están tan bien acompañadas, como en este caso, con las ilustraciones de Chris Riddell, que consiguen transportarnos a un mundo lleno de una magia gélida y fantasía. Sin embargo, esta vez al autor americano le ha faltado actualizarse con los tiempos para no volver a recaer en tópicos ya obsoletos. Además de que debería haber optado por una caracterización más personal de los personajes, que no ensombreciera la fantástica adaptación que ha hecho de un episodio de la mitología nórdica. 

El hombre sabio sabe cuándo callar. Solo el loco cuenta todo lo que sabe

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