Título: El fin de Alice | Autora: A. M. Homes
Editorial: Anagrama | Páginas: 278
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A la gran mayoría de las personas les horroriza pensar en el deleite que algunos hombres y mujeres experimentan al pensar en niños de una forma sexualizada y, sin embargo, no es usual pensar en los extraños pensamientos que viajan por las mentes de dichas personas para llegar a ese estado de excitación o qué hace que una persona lo experimente. En este entramado psicológico se articula la novela de la que hoy quiero hablaros: El fin de Alice. A. M. Homes nos introduce en la mente de Chappy, un hombre encarcelado por abusar de niñas y, mediante la correspondencia que este mantiene con una joven universitaria que planea abusar de un niño de doce años, la autora consigue adentrar al lector en los más oscuros rincones de la mente de un pedófilo.
Sin duda, el enfoque de la novela es extremadamente llamativo ya que nos sitúa en el punto de vista de las mentes maduras que planean sus encuentros sexuales de una forma fría y calculadora. La novela se va narrando desde la visión de Chappy quien, mediante su imaginación y breves fragmentos de las cartas que le escribe la joven, permite que el lector recomponga cada uno de los sucesos que nos permitirán descubrir el final de esta inquietante historia. He de decir que la novela no es apta para personas sensibles ya que las imágenes que se plasman en ella mediante las palabras son extremadamente explícitas y consiguen horrorizar al lector y, quién sabe, si despertar en él una extraña excitación. La historia atrapa porque consigue despertar en el lector la inquietud de lo que va a suceder y, a la vez, la conciencia de una sociedad corrompida y viciosa, en la que la sexualización de los más pequeños está cada vez más patente.
Me gustaría destacar, además, que es imposible no establecer una clara relación entre la obra de Nabokov, Lolita, y El fin de Alice, ya que en ambas novelas se produce una culpabilización de la mujer, como objeto provocativo, aunque esta solo tenga doce años y tanto Lolita como Alice quedan plasmadas de una forma obscena, perpetuando el mito bíblico de la mujer como perdición del hombre y fuente de pecado. En el caso de Lolita, fue una imagen retratada por la sociedad, que ignoró la interpretación que el propio autor dio de la obra; en este caso, presumiblemente es una crítica a esa sociedad que aún perpetúa esos valores misóginos. Lejos de estas similitudes, además también hay coincidencias entre los sucesos del viaje de Humbert Humbert con Lolita y de la historia de Chappy con Alice, que cualquier amante de la novela del autor ruso reconocerá fácilmente.
"Una chica. Rubí Diamante Perla. Llámala Joya; rubí de mi corazón, Alice"
En cuanto al estilo narrativo, debo decir que podría denominarse cuanto menos experimental ya que saltamos continuamente de la realidad a la fantasía de Chappy, sin saber muy bien dónde está la barrera entre una cosa y otra, lo que puede hacer que el lector a veces se pierda con facilidad. Sin embargo, el lenguaje que se utiliza es muy coloquial y explícito, lo que ayuda a retratar el entorno carcelario y los pensamientos del personaje principal. La manera de narrar de Homes muestra una frialdad e insensibilidad propia de la mente enferma del personaje, que introduce al lector en unos razonamientos escalofriantes y, a su vez, le permite comprender el dolor y sufrimiento que experimenta en su encarcelamiento. Mediante el propio asombro de Chappy al recordar su pasado e intentar instruir a la joven con la que se cartea, el lector se irá sorprendiendo con los acontecimientos hasta llegar a un final que por ser en esencia previsible, no es menos sorprendente.
A. M. Homes se consolida con esta novela como una escritora retratista de la depravación contemporánea. En algunos pasajes el libro consigue escandalizar y asquear a los lectores más curtidos.
"Primero estornudo y después me corro, eyaculando para nada en la tarde"
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