Un microrrelato es una forma de narración muy breve que, habitualmente, está compuesta entre 7 y 200 palabras, como máximo. Sin embargo, su brevedad no significa que sean composiciones sencillas, ni que sean el resumen de una narración más larga. Los microrrelatos suelen articularse en torno a la necesidad de romper las expectativas del lector, haciendo que este tenga que elaborar el sentido del mismo, que solo ha sido esbozado por el autor. Probablemente, uno de los microrrelatos más famosos del castellano sea El dinosaurio de Augusto Monterroso:
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"
A continuación, me gustaría ofreceros cuatro breves consejos para iniciaros en el mundo de la escritura del microrrelato:
1. Sé breve
Aunque pueda parecer algo obvio, el microrrelato es una historia mínima, no es el resumen de un cuento, ni una anécdota u ocurrencia. Debes eliminar el sistema tradicional de narración de "nudo-desarrollo-desenlace" para adaptarte a ir directamente a lo imprescindible y, en el culmen de la narración, darle un giro inesperado para crear sorpresa o inquietud en el lector. Ángel García Galiano, en su microrrelato La última cena, deja a la imaginación del lector el desenlace del microrrelato, ciñiéndose así a la brevedad que requiere, y, a su vez, dotándolo de un tono humorístico:
"El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida"
2. Tómate un tiempo para seleccionar lo que quieres contar
En un microrrelato la precisión a la hora de contar lo que queremos transmitir y el uso del lenguaje es fundamental. Es muy importante que te tomes un tiempo antes de empezar a escribirlo, para seleccionar qué detalles de los personajes y del espacio vas a describir y con qué palabras vas a hacerlo ya que, aunque sea breve, no debe ser algo superfluo sino que tiene que desvelar algo llamativo e importante. Esto podemos verlo en el microrrelato de Thomas Bailey Aldrich, Mensaje:
"Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean la puerta"
Como podemos apreciar, resulta muy llamativo para el lector comprobar que alguien llama a la puerta de la mujer cuando se acaba de mencionar que solo queda ella en el mundo.
3. Capta la atención del lector rápidamente e intenta huir de los tópicos
Pese a la extensión y a los mínimos sucesos a los que esta reduce la narración, los microrrelatos suelen tener un gran significado. Es habitual que el autor se apoye en la ambigüedad del lenguaje, en lo que no se dice y en la línea que separa la fantasía de la realidad para atrapar rápidamente la atención del lector. Muchas veces, para crear sorpresa, es un buen recurso huir de los tópicos y de lo esperado para romper las expectativas del lector. Tal y como hemos visto al comienzo de la entrada en la composición de Monterroso.
4. Piensa bien el título
Aunque pueda parecer una tontería, cuando estamos trabajando con una narración en la que destaca el papel de lo que no se ha dicho, el título puede ayudarnos a crear el ambiente idóneo para romper las expectativas del lector o crear sorpresa una vez que se llegue al final ya que, de por sí, el título genera en el lector unas expectativas ante lo que va a leer. También, podemos utilizar el título para que complete la información que transmite el microrrelato. Un ejemplo de ello lo podemos ver en El miedo de Eduardo Galeano:
"Una mañana, nos regalaron un conejo de Indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula. Volví a casa al anochecer y lo encontré tal y como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad".
En este caso, el título nos permite saber el porqué de la actitud del animal.
Espero que estos cuatro consejillos os hayan ayudado a desatar vuestra imaginación y os animen a escribir alguna composición. No dudéis en dejarme vuestras opiniones o composiciones en los comentarios y aprovechadlas para participar en el concurso que tenemos en marcha.
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