Mañana comienza un nuevo año, cargado de nuevos propósitos y de nuevos libros por leer. Muchos de nosotros nos hemos propuesto leer esa novela que llevamos tanto tiempo dejando en la estantería, o intentar que los más pequeños de la casa no cojan tanto la consola y se dediquen más a los libros pero no sabemos cómo hacerlo, no encontramos tiempo suficiente, o incluso llegamos a aburrirnos. Para terminar este año y poder facilitar el cumplimiento de un muy buen propósito, hoy quiero daros 4 consejos para desarrollar el hábito lector, tanto para mayores como para pequeños.
1. Tener libros al alcance de la mano
Actualmente, es muy fácil disponer de libros de manera gratuita recurriendo a las bibliotecas, o adquirirlos de forma económica en páginas de libros de segunda mano. Si queremos empezar a leer de forma habitual, es muy importante disponer de varios títulos a nuestro alcance.
Por suerte o por desgracia, la tecnología ha invadido nuestras vidas para quedarse y la televisión, el portátil, la tablet o el móvil son aparatos que tenemos fácilmente a nuestro alcance para recurrir a ellos en nuestro tiempo libre. Igual que nos proveemos de películas, discos o juegos, debemos proveernos de libros a los que podamos recurrir. Incluso, podemos combinar las nuevas tecnologías con la lectura y adquirir libros electrónicos que podemos leer en el móvil, en la tablet... Aunque, para mi gusto, no hay nada como un libro físico a la vieja usanza para crear un vínculo y una afición inquebrantable para toda la vida.
Es importante tener un libro siempre al alcance de la mano para poder recurrir a él en cualquier momento. Llevar un libro cuando vamos a hacer un viaje, o en el día a día del transporte público, nos puede motivar a leer en cada uno de esos momentos en los que, normalmente, no hacemos nada.
2. Dedica un tiempo a la lectura
Actualmente, es frecuente que todos llevemos un ritmo de vida acelerado en el que cada instante de nuestro tiempo está ocupado con distintas actividades. Por eso, cada uno de nosotros sabemos cuánto tiempo tenemos para dedicarlo a nuestras aficiones y cuál es el mejor momento para poder sentarnos a disfrutar de una buena lectura. Está claro que cuanto más tiempo podamos dedicar a sumergirnos en nuestra lectura mejor, pero no hace falta que reservemos horas para leer cuando sabemos que no vamos a poder cumplirlas. Sin embargo, sí es importante que reservemos unos minutitos para ello y que los entendamos como un rato placentero y no como una obligación.
Todos podemos disponer de media horita al día, después de comer, mientras vamos al trabajo o a estudiar, o antes de dormir para poder sentarnos a leer. Si podemos dedicarle dos horas a una película o a ver una serie, seguro que podemos encontrar tiempo para adentrarnos en un libro. Además, podemos aprovechar este momento también como un medio de relajación y de "desintoxicación" del teléfono móvil o de las redes sociales, que llegan a absorbernos hasta límites insospechados. A mí, personalmente, me gusta mucho leer antes de dormir y mi hora de lectura antes de ir a la cama me sirve para relajarme y conciliar el sueño.
3. Elegir libros que nos llamen la atención o que nos puedan gustar
Muchas veces nos empeñamos en leer los grandes clásicos, por su calidad literaria, o los libros más vendidos, por la cantidad de gente que los ha elegido. Sin embargo, es muy importante dedicar un tiempo a elegir un libro que realmente nos llame la atención y nos disponga a leerlo, aunque este no sea muy conocido.
Indudablemente, Drácula de Stoker o Anna Karenina de Tolstoi son grandes libros pero que pueden no resultar muy tentadores por su extensión o por un lenguaje complejo. La lectura ha de ser una actividad placentera y, al igual que con las películas o con los juegos, debemos escoger aquellos libros que nos resulten interesantes y disfrutar de ellos.
4. Comparte la lectura
Muchas veces pensamos que la lectura tiene que ser obligatoriamente en solitario, una afición muy intimista pero esto no es así. La lectura puede ser un placer en solitario pero también podemos compartirla con nuestros seres queridos o en un club de lectura. Un aliciente para leer puede ser compartir la opinión que nos suscita un libro con alguien más.
Si le pedimos a nuestra pareja, a un amigo o familiar que lean el mismo libro que nosotros, esto nos puede motivar a leer y compartir las impresiones que nos ha generado. Además, también desarrollará nuestra capacidad de debatir y puede hacer que nos fijemos en aspectos en los que no habíamos reparado hasta el momento.
Este es un punto muy importante cuando intentamos desarrollar este hábito lector en los más pequeños de la casa ya que, si leemos con los niños, disfrutarán de ese tiempo con nosotros y asociarán la lectura con algo divertido. Además, los niños son como espejos y si ven que los que están a su alrededor leen, ellos imitarán nuestra conducta.
Espero que estos consejos os sirvan y os permitan cumplir este bonito propósito de año nuevo. Tal y como dijo el gran Rubén Darío, Un buen libro es el mejor de los amigos, lo mismo hoy que siempre.
FELIZ 2017
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