4 técnicas para superar el bloqueo del escritor

Esta semana se me ha ocurrido traeros una entrada un poco especial: 4 posibles soluciones ante el bloqueo del escritor, ante ese terror que invade a todo literato cuando se enfrenta a la temida página en blanco. 

Muchos de los escritores con los que hablo me han planteado muchas veces ese temor ante la inefabilidad del lenguaje o la falta de imaginación en un momento dado y me han pedido consejos que, aunque en un principio parecían tonterías, luego me han confesado que les han sido de gran ayuda y hoy quería compartirlos también con todos aquellos escritores que me leen o con aquellos que quieren hacer sus primeros pinitos en este campo y no saben cómo. Espero que os ayuden.



1. Crear una nueva vida


Sal a la calle, libreta, móvil, tablet o portátil en mano (aquello con lo que más cómodo te sientas escribiendo) y siéntate en cualquier banco, bar, parque... fija tu viste en cualquier persona que pase por delante de ti y créale una nueva vida. Al principio, quizás solo consigas ponerle un nuevo nombre con una profesión, pero poco a poco se irá desatando tu imaginación y le darás un motivo por el que va a algún sitio, una familia, un amante... y quizás transformes a un padre de familia en un misterioso mafioso que está intentando ocultarse de la policía rusa en un pequeño pueblo de la geografía española. 

Esta técnica puede ser muy útil para cuando quieres construir personajes pero no sabes ni por dónde empezar. Intenta responder a preguntas como ¿cómo se llama?, ¿por qué está ahí?, ¿a dónde va?, ¿a qué se dedica?, etc.

2. Sigue la historia


Muchas veces solo necesitamos una chispa que prenda la llama de la imaginación. Pídele a alguien que te diga una frase, una situación, a partir de la cual tú tengas que desarrollar una breve historia para llegar al final del asunto. En caso de que las personas que tenemos a nuestro alrededor tampoco estén muy derrochadoras de inspiración, personalmente, juegos del tipo Black Stories creo que pueden ser de gran ayuda ya que su objetivo es precisamente ese, dar pie a una historia que los jugadores tienen que resolver. 

Si aún así no sabéis muy bien cómo empezar, aquí os dejo un par de situaciones desde las que comenzar a desarrollar algo: 

- Es una calurosa noche de verano y, nada más llegar al lago, Jaime y Lucía oyen un grito desgarrador que hace que todos los pájaros del bosque despierten de su ensoñación...

- Raúl y Marcos se miraron a los ojos. No sabían muy bien qué estaba pasando pero sabían que ya no eran simplemente amigos.

3. Reescribe tu día


No siempre la inspiración está muy alejada de la realidad. A veces, los momentos más cotidianos y corrientes pueden ser los que encierren un mayor encanto. Por la noche, cuando ya puedas descansar y relajarte un poco, piensa en todo lo que has hecho durante el día y escríbelo. Después, cambia solo una cosa y piensa que aquello que cambies, hace que tú día ya no vuelva a ser el mismo. Entonces, escribe de nuevo tu día, pero pensando en todo lo que ha cambiado gracias a esa pequeña modificación que has hecho. Puedes pensar que quizá no cambiaría nada, pero ten claro que, si una mañana se te escapa el autobús y decides ir andando al trabajo o al instituto, cantando una canción que estás escuchando desde tu móvil, puede que te descubra un cazatalentos que piense que vas a ser la nueva estrella de la música. 

Puedes pensar tanto en positivo como en negativo, pero ten en cuenta la teoría del Efecto Mariposa.

4. No pienses


Esto puede parecer contraproducente pero, muchas veces, somos tan ambiciosos que queremos sentarnos y que vengan las musas para que nuestros textos sean dignos del mismísimo Cervantes. Sin embargo, esto puede bloquearnos y que de tanto a lo que aspiramos, no hagamos nada. 

Si este es tu caso, prueba a dejar la mente en blanco, sentarte frente a una ventana y simplemente escribir aquello que estás viendo: cómo tu vecina tiende la ropa, un niño que llora porque su madre no le ha comprado chucherías, una pareja discutiendo... No pienses en cómo lo estás escribiendo ni qué estás escribiendo, solo hazlo. Verás como poco a poco, sin que te des cuenta, tus mente le dará al texto tu propio estilo y te sirva para superar esas inseguridades que te impiden avanzar en tu propio proyecto. 

* * * 

Espero que estos pequeños consejos os sirvan de ayuda. Por favor, no dudéis en dejarme un comentario diciéndome cómo ha sido vuestra experiencia o si vosotros tenéis algún truquillo particular que os ayude cuando entráis en este callejón que parece no tener salida.

2 comentarios:

  1. Hola :o) Me encanta lo de la chispa que prenda la imaginación, ese es un momento glorioso ;o) Y es cierto que queremos abarcar tanto y de golpe que nos bloqueamos, verdad? Bonita entrada.
    Besotes pensantes.

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Muchas gracias por comentar ^^