El señor de las estrellas

Título: El señor de las estrellas | Autor: Andrés Caballero San Martín
Editorial: Amarante | Precio: 18€

Sinopsis

Como en una fotografía virtual del último cuarto del s.XX, El señor de las estrellas narra la historia de Javier, un adolescente que se cuestiona su realidad y que nos muestra, a través de sus vivencias, una época y una sociedad rural, cuyo modus operandi no ha sido aún devorado por la tecnología que hoy envuelve nuestras vidas. Javier aprenderá de los consejos de su abuelo; vivirá el ambiente festivo en el pueblo, guiado siempre por su avispado amigo Nano; se enamorará y discutirá con los hombres doctos del pueblo. Es una historia donde asuntos eternos se camuflan en la vida cotidiana de un joven curioso y vital. Pero, de la novela, obtenemos una visión paralela de la sociedad más desarrollada y nos dejamos envolver por una trama por momentos inquietante. 

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Con esta sinopsis tan interesante llegó a mis manos, gracias a la editorial Amarante, un ejemplar de El señor de las estrellas, que fue presentado el pasado 3 de noviembre en la librería Oletvm, de Valladolid por su escritor, Andrés Caballero (autor de Banqueros de a pie y Fuera de lugar) y por el escritor Carlos de Tomás. Conforme avancé en su lectura me fui sorprendiendo. Pese a que, a primera vista, pueda parecer el típico libro (de los que ya se han escrito tantos) sobre las condiciones de vida rurales durante la época franquista, tras sus páginas se encierra todo un entramado de razonamientos filosóficos sobre la diferente concepción de Dios que tienen los católicos y los evangelistas. En el marco de la vida de un adolescente que debe trasladarse a vivir con su abuelo al pueblo y la llegada al mismo de un pastor evangelista, se desarrolla toda una serie de razonamientos filosóficos con los que se acerca al lector a un punto de vista que respondería a la cuestión actual sobre la existencia de Dios. Aunque he de decir, que el desarrollo del razonamiento que se ofrece sobre dicha existencia, es un poco confuso en algunos capítulos, lo que puede dificultar su comprensión, pese a que según la trama, es perfectamente comprensible tanto para Javier, que tiene 17 años, como para su abuelo, del que se afirma que no tiene estudios. En mi opinión, el orden de los argumentos que se nos narran es algo enrevesado, aunque al repetirse sucesivamente a lo largo de las 232 páginas de la novela, al final se puede llegar a comprender. 

Toda este razonamiento teológico-filosófico, se enmarca en la vida diaria del joven Javier, un chaval de 17 años que se traslada al pueblo de su abuelo, para hacerle compañía tras la muerte de su abuela. Con la muerte de su esposa, Diego sufre un cambio en todos los sentidos de su vida que se manifiesta, también externamente, en el pueblo. Nos encontramos en un pequeño pueblo rural, de tradiciones fijas, en el que los avances de la sociedad moderna se introducen cuando se aprueba en el ayuntamiento la instalación de un servicio de agua corriente y en el que su tranquilidad religiosa se ve alterada con la llegada de un pastor evangelista a su comunidad. Al igual que Diego debe adaptarse a que sus hijas comiencen a gestionar su casa, a que su nieto deba "vigilarle", etc., el pueblo de Cigales debe adaptar todas sus infraestructuras para la llegada del agua corriente y su mente, al respeto de unas nuevas ideas religiosas. El joven Javier hace de ojos y de oídos de su abuelo para informarle de todo lo que está ocurriendo. 

Desde la perspectiva de Javier, también se nos muestra mínimante, cómo se podía desarrollar la vida en un pueblo que todavía no había sido invadido por la modernidad. Nos muestra pequeñas reuniones semanales en las que se discuten asuntos relevantes del pueblo, a modo de tertulia; cómo se mantienen todavía los corrales junto a las casas; cómo se celebraban las fiestas, etc. 

En cuanto a los personajes, debo admitir que me ha resultado curioso el modo de caracterizarlos. Javier, nuestro protagonista, se podría definir como un joven enamorado cuyo pensamiento no abandona nunca Sara, su amada, quien a su vez se nos muestra como una persona prácticamente inaccesible para él. Nano, por su parte, es el típico pícaro que durante la novela está continuamente ideando estratagemas para "salirse con la suya". A lo largo de toda la obra se nos muestra una gran cantidad de personajes que, si bien no parecen muy relevantes para el transcurso de la historia o del razonamiento teológico-filosófico, nos muestran figuras que podíamos catalogar como personas reconocidas en la época: el veterinario, el médico, el alcade... 

Pese a lo que pueda parecer por su sinopsis, debo advertir de que no es una novela realista o costumbrista donde vayamos a poder profundizar o conocer la realidad de España durante el último cuarto del siglo pasado. Es un libro recomendable para aquellos que quieran conocer, muy superficialmente, los ideales de la iglesia evangelista y que disfruten con razonamientos filosóficos, ya sea para compartirlos o para considerar un punto de vista diferente

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